Mi viaje por Europa allá por el 2018, un itinerario imperdible - Parte I

 Europa - Parte I

Roma

¡Hola gente!

Acá estamos retomando la escritura con textos que mi memoria (y muchos de ustedes) piden almacenar.

¡Cómo pasa el tiempo! Siento que la vida se trata de entender aprendizajes, de incorporarlos en el momento justo, no podemos esperar que un niño entienda esas palabras cuando lo único que quiere y sabe hacer es meterse en un mundo imaginario atemporal, y hasta quizás más tarde quiera crecer para poder hacer todas esas cosas que nosotros los adultos podemos, qué paradoja. 

Otra frase que siempre amé pero jamás practiqué hasta hace unos años fue los pájaros que crecen en jaulas creen que volar es una enfermedad. Creo que siempre fui libre y por eso me siento incomprendida en un mundo enjaulado (y sobre todo consentido). Esas palabras me enseñaron a empatizar y también a saber racionar la energía a la hora de querer mostrarle otra perspectiva, a veces ajenas a las mías, a los demás.

Pero basta de cháchara que acá vinimos a leer un itinerario por Europa. Pero para eso necesito dividir ese viaje en dos partes. ¿Por qué? Bueno porque como bien saben, a Europa me fui a trabajar de niñera con el programa Au Pair, por lo tanto viajé durante mi estadía en Francia (país donde trabajé cuidando dos niños hermosos) y una vez terminado ese contrato de trabajo.

Acá van a leer todos los lugares que pude visitar (y como siempre digo: si yo pude, vos también podés) haciendo base en el sur de Francia, siempre teniendo que volver a la casa a trabajar.

Mi viaje en avión era de Buenos Aires a Barcelona. Se preguntarán por qué viajé a España si quería ir a Francia... bueno, porque el pueblito donde tenía que ir a trabajar quedaba bien en el sur, más cerca de Barcelona que de París, así que así fue. El papá de los peques me buscó en Montpellier, una ciudad a dos horas de donde vivían ellos. A esta ciudad llegué en colectivo, compré el pasaje de antemano estando en Argentina y creo que me salió ocho euros y una amiga francesa en ese momento me dijo "no te acostumbres a esos precios, es raro". Lo saqué por una app que compara los precios en avión, colectivo y tren, la app número uno en Europa, se llama Omio (antes se llamaba GoEuro).

Me acuerdo que el vuelo ida y vuelta a comienzos del 2018 o finales del 2017 me había salido alrededor de veinte mil pesos ¡qué locura! ¿no?. El día del vuelo una de mis hermanas me acompañó hasta la parte donde máxima donde podés acompañar a alguien que vuela solo . Estaba muerta de miedo y no entendía nada. Recuerdo que el que se sentó al lado mío me dijo "es re lindo, yo apenas despega siempre me duermo" y así fue, así que me acompañaron mis pensamientos pueblerinos que minuto a minuto me dejaban en paz y pude disfrutar del vuelo sin turbulencias. 

Como la mamá de los niños era enfermera y el papá era partero, me tocaba trabajar muchísimo, creo que la regla era trabajar 35 horas semanales y yo las trabajaba a veces en tres días. La idea según el programa era trabajar 5 horas por día y tener uno libre, yo trabajaba más que eso y por lo tanto me quedaban findes de 3 o 4 días. 

Acá les dejo lo que pude visitar:

Si bien arranqué desde Barcelona, solo estuve allí un día para al día, por lo tanto a España lo verán en la parte II porque la dejé para el final. 

1. Francia (28 de marzo hasta el 28 de septiembre)

¿Qué decirles de este país? Vale la pena cada pueblito, yo me enamoré del sur, nada de París ni Cannes. Será que en el fondo soy una pueblerina. Cada pequeña localidad en el sur tiene su propio castillo, rodeado de naturaleza y viviendas antiguas de piedra que hasta al wifi le cuesta atravesar. Les dejo las ciudades que visité en el orden que más me gustaron: Annecy, Toulouse, Albi, Lyon, París, Montpellier, Millau, Rodez, Marseille, Poitiers. El pueblito donde vivía se llamaba Saint Léons y no lo conoce nadie más que sus 400 habitantes (sí, un pueblo más chico que Eusebia, tomá mate), pero pueden googlearlo que es soñado. Me enseñó a aprender a vivir conmigo misma, sin amigos y en mi propio trabajo, porque cuado trabajás de niñera au pair vivís en la casa de la familia para la que trabajás. La desventaja de mi amado Saint Léons es que no tenés manera de moverte. Si no tenés un auto estás al horno, o te llevan a Millau donde hay una estación de buses y una de trenes o usas Blablacar. Otra app que tenés que descargarte antes de ir a Europa sí o sí. Se trata de una aplicación para compartir viajes en auto, conocés gente muy buena onda, en mi caso practiqué mucho el idioma porque como es con reseñas con puntaje me esmeré para irme con 5 estrellas en mi perfil. En el pueblito donde vivía Blablacar fue la mejor opción (lo duro era explicarles en qué kilómetro de la ruta tenían que frenar a buscarme, como les dije, Saint Léons es muy remoto). En resumen: no te quedes con París, es hermosa pero dale una chance a Toulouse, Lyon y mi favorito: Annecy.


2. Suiza (20 de mayo)

Mi primer destino fuera de Francia. Me fui en colectivo desde Montpellier a Lyon y de ahí a Ginebra. Fui a visitar a un amigo que estaba estudiando allá. Agus es mi profesor de francés y el que me dio una mano para aplicar a la visa de Au pair. Él estaba viviendo en una residencia y me mostró la ciudad. Ginebra es bellísima, cuna de las Naciones Unidas, todo el mundo va a trabajar en monopatín eléctrico y habla más de tres idiomas. También conocí a Martina, una amiga de mis hermanas que me dijo ¿vamos a una degustación de vinos por el campo a las afueras de Ginebra? y obviamente mi respuesta fue sí. No saben lo lindo que fue, te dan tu copa y vos vas caminando y sirviéndote un poquito de vino (haceme caso, un poquito) en cada puesto. Te explican el origen y quedás pipí cucú. Antes de irme visitamos Annecy que esta muy pero muy cerquita de Ginebra pero dentro del territorio Francés. Suiza fue increíble pero bastante caro lamentablemente. 


3. Inglaterra (16 de junio)

Este fue mi sueño frustrado, no me gustó mucho Londres y eso que el sol me acompañó todos los días de mi estadía allá. Había estado soñando toda mi vida con Inglaterra... estudiando inglés, mirando series, cantando canciones. De hecho como estaba estudiando traductorado de inglés mi plan era trabajar de niñera allí, pero con el tema del Brexit no se pudo y hoy por hoy agradezco haber ido a Francia. Perdón si alguien se ofende pero el síndrome de París (ese proceso de desilusionaste al visitar esta ciudad) me pasó en Londres. Ojo, es bonita, para la foto es espectacular: los buses rojos en contraste con los edificios antiguos, el acento que te enamora, te hace sentir en una película. Pero yo iba cargada de expectativas y eso nunca es bueno. Me entusiasmé demasiado. En la parte II de mi viaje por Europa voy a contarles otras ciudades que visité y ahí cambió mi perspectiva (más aún cuando visité Irlanda y Escocia, que están en mi top 5. Igual andá a Londres, los sueños sueños son y los viajes dependen mucho del contexto (plata, compañía, clima, tantas cosas) así que recorrela con tus propios zapatos y después me contás. 

                                 

4. Italia (6 de julio)

Acá también visité a una amiga que estaba de intercambio en Florencia y decidimos encontrarnos en Roma. Otra ciudad que no se robó mi corazón. Me encantaría visitar mucho más en Italia porque tal vez no soy una chica de capitales. Lo que sí me enamoró fue la comida. ¡Mamma mía te sirven una pizza para vos solo! La pasta.. el helado ay ay ay Italia gracias por tanto. Si pueden evitarla en verano quizás la disfruten más que yo. También fuimos en tren a Santa Marinella Cita para apaciguar el calor y ver un poco de playa. Pero por algo Roma no se caracteriza por sus playas. De igual modo Roma es un clásico, me encantó perderme por sus callecitas y pedir deseos en la fontana di Trevi.  



5. Ciudad del Vaticano (8 de julio)

Acá hago trampa porque ¿dónde se vio que haya un país dentro de una ciudad? Pero bueno cuenta como uno más. La religión no es lo mío pero en cuanto al arte las pinturas del Vaticano te dejan boquiabierto. Es impresionante la cantidad de detalles en cada rincón (y es bastante triste pensar en la cantidad de capital acumulado en un solo lugar). 



6. Andorra (29 de julio)

Acá hice un poco de trampa porque Andorra es re chiquito y en un día lo podés visitar. Hice Couchsurfing en Toulouse (otra app que recomiendo para alojarte en casa de viajeros gratis, ojo: leer bien los perfiles y las referencias de esa persona antes de quedarte en cualquier casa) y el dueño de la casa me dijo ¿vamos? yo con más ganas de viajar que nunca le dije que sí. Y nos fuimos en un auto viejito para Andorra la Vieja, donde la gente va a comprar alcohol y cigarrillos porque te los venden sin impuestos y por lo tanto son más baratos. Andorra es un destino espectacular para esquiar. Como podrán ver en la foto fui en verano y por ahora mi único hobbie caro es bucear, esperemos que esquiar no se sume a la lista (no creo porque soy team verano).



7. Austria (10 de agosto)

Sólo visité Viena y fue la capital más lujosa que vi. Pasé mi cumpleaños allá. Me gusta pasar mi cumpleaños afuera de Argentina, no es el caso de la navidad porque ahí sí que me gusta estar en casa. Le agarré el gustito a esquivar el invierno especialmente para mi cumple, el 11 de agosto. Recuerdo haber ido a la universidad (se podía entrar a recorrer), a un parque de diversiones donde sonaba Daddy Yankee (dato random), el centro con su majestuosa Catedral  de St. Stephen y obviamente el Palacio Schönbrunn (el de la foto). Me acuerdo que pasé gratis porque les dije que era mi cumpleaños ¡siempre preguntá!



8. Hungría (15 de agosto)

Visité Budapest con muy pocas expectativas y fue sin lugar a dudas la ciudad más hermosa que alguna vez tuve la suerte de caminar. Hacía mucho calor. Me acuerdo que repartían sachets de agua fresca en las calles porque era insoportable. Budapest fue mi regalo de cumpleaños pero no tenía ni idea con qué me iba a encontrar una vez allá. Mi regalo fue una entrada a un festival llamado Sziget donde tocaba Liam Gallagher, uno de los miembros de Oasis, mi banda favorita. Además tocaba Arctic Monkeys y vi en vivo a Dua Lipa que dio un show increíble ya en 2018. Sólo conocí Budapest y fui en bus desde Vienna. Amaría volver por más y si podés incluir este país en tu itinerario por Europa, no dudes en hacerlo. 



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